viernes, 10 de octubre de 2008

Soledad vs. Una misma



Un día ocurre algo y de pronto te sientes realmente sola en el mundo. Es la misma soledad que a diario viaja contigo, que se apoya en tu espalda, pero que sobrellevas, hasta el momento en que pasa algo que te pone entre las cuerdas y necesitas sentarte en tu esquina del ring, que te empapen la cara de agua, te den palabras de ánimo y que incluso, tiren tu toalla y te dejen descansar. Y te vas a tu esquina. Y resulta que está vacía. Y si te quieres sentar tienes que hacerlo en el suelo. Entonces vuelves al ring, pero ya estás tocada. Pones la cara, pero no como acto de valentía, sino esperando el golpe que definitivamente te deje kao y, si es posible, no demasiado sonada en el futuro. Pero el gancho de gracia no llega y ya estás demasiado cansada. Así que sales corriendo, huyes no sabes muy bien a donde, pero sí con quién: Sola.

Durante la huída pasas muchas cosas por alto, no sabes cómo enfrentarlas, haces daño sin golpes. Pero la cabeza no está fría para pensar, ni caliente para actuar. Durante la huída oyes cantos de sirena y les haces caso, es lo más fácil. Y no te ofrecen un simple taburete en la esquina de tu sórdido ring, si no un cómodo sofá para echarse a llorar sin condiciones, para dormir. Y te dejas llevar... Son cantos de sirena, pero para cuando te has querido dar cuenta, ya es demasiado tarde para volver a atrás, ya has comprometido demasiadas cosas y, lo que es peor, ya has devastado irremediablemente todo lo que pisaste en tu huída.

Comienza una nueva lucha. En la esquina derecha del ring, tú, sola, siempre sola. En la izquierda, tu equivocación, arropada por el mundo entero. Primer round...

Jamás lo admitiré. Sé que muchos de los que me dejaron sola lo están esperando, pero jamás lo haré. Cogeré mi equivocación con la mano izquierda, la haré una bola y me la tragaré. Y tampoco lo admitiré delante de los que yo he dejado solos sin intención pero sin miramientos. Me da demasiada vergüenza.

5 comentarios:

Vegetable Man dijo...

No es por verguenza. Es por orgullo, que yo de eso se un rato.

A propósito... But whats confusing you Is just the nature of my game

Pilar Cita dijo...

En este combate tiene que haber una vencedora y es una misma. Siempre digo que yo soy la única persona que pasa conmigo las 24 horas del día y a la que tengo que hacer feliz y cuidar para que esté lo mejor posible. Si no lo hago yo, ¿quién lo hará?

Cuídate y no golpees muy fuerte si no te sientes fuerte. Todo se pone en su sitio, es cuestión de tiempo.

Después del combate, la calma, la serenidad, el silencio. Y de ahí, a construir de nuevo cimientos sólidos.

Besos y me alegra leerte de nuevo.

Jeanne dijo...

Te habíamos perdido de vista desde que volaste a la luna...

Welcome again, aquí estamos con los brazos abiertos para no dejarte sola en la esquina de tu ring.

Venga, después del combate habrá un masajito, venga ánimo :-)

Lotte dijo...

Gracias por vuestros comentarios. En este tiempo me he mudado y no tenía internet. He vuelto!

Ares dijo...

Bueno hay dos formas de enfrentarse a la soledad... unos actúan como estampida, en la que actúan de forma demoledora y ciega... y otros simplemente se esconden... y no actúan. Ambas son dolorosas, ya que en la primera te toca resolver toda la mierda que ha dejado el desfile loco... y en la otra los cambios van a suceder tres veces más lentos, por lo que tardarás más en recuperarte.

Buenas Lotte y gracias por pasarte por mi Blog. Parece que nos preocupan los mismos temas...

Ares.